martes, 3 de agosto de 2010

Closed eyes. XIX

Me apoyé en la pared del ascensor. Esperaba que comenzara a hablar, que dijera todo lo que había hecho y que me dijera que quería. Pero no rompió el silencio...

-¡¿Por qué me haces esto?!¡¿Qué quieres de mí?!-pregunté furiosa.

A pesar de la voracidad de mi voz, me sentía frágil, como si pudiera caerme en algún momento. Respiré hondo, hacía mucha calor y estaba sudando. Me miró riéndose, se giró y paró el ascensor.

-Yo no quiero nada de ti. En realidad, no esperaba encontrarte aquí, y ahora que recuerde, tú y yo tenemos algo pendiente-rió y le dió al botón del ascensor.

-¿Ah sí?-lo miré enfadada. Si se pudiera matar con la mirada, yo lo habría hecho. Se acercó a mí, esta vez serio. Le seguí con la mirada, se puso a mi lado y agachó la cabeza.

-Lo que pasó en mi casa fue un error, iba algo borracho. Yo no trato así a nadie, de verdad-me miró avergonzado.-Lo siento mucho.

Escruté su cara, la manera de decirlo y su lenguaje corporal. Quería saber si era sincero, no quería que me engañara. Seguía mirando el suelo cuando llegamos a la primera planta. Levantó la vista al ver que entraba gente y suspiró ruidosamente. Le observé cuando lo hice, y le susurré en su oído.

-Acepto tus disculpas-y salí del ascensor. Thomas me esperaba en un rincón apartado, apoyado sobre una pared. Me miró fríamente, de arriba a abajo. Quizás dolido, sorprendido, porque hubiera echado a correr hacia Nico nada más verlo. Quizás celoso...

-¿Estás bien?-preguntó abrazándome rápidamente por la cintura. Se le veía preocupado, enfadado y algo más que no lograba descubrir.

-Sí, no te preocupes. He hablado con él, y... le he perdonado-respondí mirando al suelo. Me apretó muy fuerte y suspiró muy cerca de mi oído. Levanté la vista buscando su mirada, pero estaba siguiendo a Nico. Me besó justo cuando pasó por nuestro lado y siguió después que su móvil sonara. Buscó mi lengua con desesperación y cuando la encontró no dejó de entrelazarla con la suya. Despegó sus labios y susurró ante los míos que me quería, me volvió a besar, bajando sus manos desde mi cintura hasta los bolsillos traseros de mi pantalón.

-No deberías haber hablado con él, a saber lo que podría haberte hecho-me recriminó. Me agarró la cara, haciendo que le mirara.-Si llegara a hacerte daño, nose ni lo que le haría.

-¿Por qué? Tú... no me quieres de la misma manera ... en que lo hago yo-le solté y me alejé de él. Me mordí el labio mirando una pared embobada. Quizás no debería haber dicho eso. Me había pasado un poco, pero era algo que había pensado durante toda la noche.

Se quedó callado durante un rato. Después, se puso a mi lado sin saber que decir. Apoyó su cabeza en mi hombro mirando hacia el mismo punto que yo.

-¿No te lo he demostrado ya?¡¿Y en la fiesta?!-dijo levantando un poco la voz.- Si no te quisiera te hubiera dejado con ese baboso-me reí irónicamente. Había algo que se le había olvidado. Mejor dicho, alguien.

-Ah, me quieres... si de verdad, lo hubieras hecho no habrías besado a... Anne-le contesté borde.

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