sábado, 14 de agosto de 2010

Closed eyes. XXII

Me desperté más temprano de lo habitual. Thomas seguía dormido a mi lado, con su mano en mi cintura. Le peiné, acariciándole la nuca. Sonrió y se frotó los ojos, despertándose por fin. Me besó con ternura, todavía dormido.

-Thomas, tus padres tienen que estar preocupados por ti. No saben donde estás...-comenté al dejarlo echado en la cama. Se rió y bostezó.

-Ellos están preocupados en sus nuevas parejas. Paso de ellos-suspiré y me senté a su lado. Le acaricié la cara lentamente, sonriendo leve. Me dirigió una gran sonrisa mientras ponía una mano encima de la mía.

Tenía falta de atención, estaba claro. Yo tampoco había recibido mucha, pero sabía que era más importante la salud de mi padre. Maduré antes de tiempo, no como los demás.

Encendió el televisor y puso las noticias. Anoche hubo un accidente en la plaza mayor de la ciudad. Cuatro personas murieron en lo que parecía un ajuste de cuentas.

-Encontrado muerto Nico, el delincuente más buscado del país.-decía la reportera. Aumentó el volumen y me aconsejó que me sentara y prestara atención.-A primera hora de la mañana se ha encontrado su cuerpo en la piscina municipal "Las 4 rosas". La policía sigue investigando cual fue el móvil del asesinato.

Me quedé embobada. Nico había muerto. ¿Quién podría haber sido? ¿Algien que sufrió como yo? ¿Se descubriría mi secreto? Me puse nerviosa de repente. Esto no podía saberse, pero si la policía venía a mi casa preguntando no podía hacer otra cosa que confesar que estuvo a punto de violarme.

-Nico está.. -susurré temerosa. Thomas me miró y me besó en el hombro tiernamente.

-Muerto. Se acabó el problema-dijo sin ningún tapujo.

-Acaban de empezar. ¿Y si lo descubren?-susurré. Sería el cotilleo de todo el instituto. Me tratarían distinto, no me hablarían por el miedo de que a ellos también les ocurra.

-No van a hacer eso Cla-me besó dulcemente, haciendome olvidar por qué me estaba consolando. Se volvió más insistente, me agarró por la nuca con fuerza y buscó mi lengua con ansia.
Esperé a que se vistiera para bajar y ayudar a mi madre a levantarse. Me besó como despedida y se marchó a casa.

Un par de horas después, mientras mi madre y yo hablábamos, llamaron al timbre. Miré por la ventana antes de abrir, los inspectores del caso de mi madre estaban aquí. Les abrí la puerta y les invité a pasar. Seguramente querrían hablar con ella.

-Tenemos una pista nueva sobre el sujeto que le disparó-comentó el más viejo de los dos.-Anoche asesinaron a un delincuente, la bala que le han extrajido es idéntica a la que le extrajeron a usted.

-¿Quiere decir que la misma persona que ha matado a ese señor me disparó a mí también?-preguntó mi madre. Me callé, esperando a contar mi gran secreto. Buscando el momento oportuno.

-¿Usted conocía a Nicholas Bloodey?-preguntó el novato. Mi madre negó con la cabeza, claro que no lo conocía, pero yo sí.

-Yo... sí lo conocía...-susurré. Me miraron intentando buscar una relación entre Nico y yo.- Comí una vez con él.

-¿De qué lo conocías?-preguntó el novato.

-Empezamos a hablar por internet, y quedé un día con él. Comimos en su casa y volví-respondí anticipando la pregunta.

-¿Cómo era tu relación con él?-preguntó el más mayor.

-Era simpático, y muy amable. Pero no tuve mucho roce con él -dije francamente. Un día no bastaba para que me contara sus secretos.

Se despidieron de nosotras y les acompañé a la puerta. Antes de marcharme el novato se acercó a mí y me susurró al oído algo que se me quedó grabado.

-Hay cosas que nadie entiende, ni siquiera nosotros mismos. Sólo podemos enterrarlas, o descubrir su significado-dijo antes de marcharse.

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